En España 9 de cada 10 mujeres
sufre mobbing maternal en su trabajo, que es ni más ni menos que el acoso
psicológico, sistemático y recurrente, que se le hace a una embarazada o
madre, con la pretensión de que abandone voluntariamente su empleo. Con la crisis esta situación se ha agravado y en el mundo laboral la
maternidad se está convirtiendo en una fuente de desigualdad social y laboral,
y el embarazo un factor de riesgo. Se da en todas las escalas profesionales,
desde las ejecutivas a las menos cualificadas, pero según informe de la Fundación
Madrina se centra en empleadas de mandos intermedios y en empleos no
cualificados. La mayor parte se concentra en las PYMES(60%) y la Empresa
pública(18%) y por sectores de actividad,
el sector servicios y el sanitario es donde se registran más casos. Este tipo de
mobbing laboral tiene una función ejemplarizante para el resto de las
compañeras:"mira lo que te puede pasar si te quedas embarazada”, y premian a las
que no quieren o pueden tener descendencia. En
muchas ocasiones, las
dificultades para encontrar otro trabajo
obligan a aguantar estas situaciones y a eternizar el maltrato. De esta manera
la embarazada es hostigada y perseguida.A menudo también se pacta con la
empresa una indemnización, para escapar del mobbing.
Muchas mujeres cuando vuelven
después de la baja maternal o se acogen a su derecho a la jornada reducida, de
pasar a ser excelentes trabajadoras, incluso la mano derecha de sus jefes o jefas,
resulta que las relegan a puestos de menor responsabilidad, rutinarios y se
califica negativamente su productividad. A ésto se le suma que cuando se les extingue el contrato laboral, no
son renovadas.
Por parte de la empresa, hay una
tendencia a pensar que por el hecho de quedarse embarazada, su rendimiento con
la empresa bajará, y faltará más al trabajo, aunque según el Ministerio de Igualdad, las bajas
por lesiones deportivas en los hombres,
superan a las bajas por maternidad. Muchos especialistas piden que se
introduzcan medidas para prevenir el mobbing maternal en los planes de
prevención de las empresas. Es frecuente, que el acoso pueda empezar en las entrevistas de trabajo, al hacer preguntas
referidas a si se tiene pareja, hijos o hijas, o intención de tenerlos. Una mujer en
edad fértil en una entrevista de trabajo, puede ser vista como una madre en
potencia.
Según el Informe Randstat se produce “una brecha” en la
trayectoria profesional de las mujeres cuando se casan y tienen hijos e hijas,
“lo que provoca una ruptura que luego difícilmente
se recupera cuando la mujer con hijos/as en edades ya escolares quiere reincorporarse
al mundo laboral”.
Hay que resaltar que las
conductas en la empresa por este tipo de acoso, además de proyectar una imagen
negativa de la empresa, disminuyen su productividad, y en el caso de ser
denunciadas les supondrían un gasto por el proceso judicial y por las sanciones
económicas.
Las secuelas psicológicas que
dejan este tipo de acoso en las mujeres son depresión, ansiedad e insomnio, estrés post-traumático, algún tipo
de fobia, baja autoestima y abandono voluntario del mercado laboral, entre otras. El problema para demostrar este tipo de
acoso, es encontrar un número de pruebas suficientes para denunciarlo en un
juicio contra la empresa. Por esta razón, desde los sindicatos se recomienda
reunir el mayor número de pruebas posibles, que estén a nuestro alcance.
En el caso de las que denuncian
y tienen que ser readmitidas, el trabajo muchas veces se convierte en una
guerra fría irrespirable, pero al que no pueden renunciar y más en tiempos de
crisis. Actualmente, no basta con que las empresas tengan planes de igualdad
solo por cumplir la ley o convenios con entidades de mujeres, si luego
discriminan a sus trabajadoras. El compromiso tiene que ser una verdadera
política de responsabilidad social corporativa. La maternidad no es una
enfermedad y “los países que más la apoyan generan más ingresos a largo plazo por talento”.
Ya te diré yo en qué va a acabar el mío, el juicio, digo.
ResponderEliminarEs triste ver los hombres y las mujeres estamos normalizando estas situaciones, desde mi punto de vista. La actual situación del mercado de trabajo hace a las mujeres embarazadas y/o con hijos aún más vulnerales que hace unos años si cabe. Para cubrir cualquier puesto de trabajo hay decenas de trabajadores y trabajadoras, y tristemente, dispuestos a aceptar cualquier situación en su puesto de trabajo, por injusta que sea, ya que la necesidad obliga. Con este panorama, con el del sálvese quién pueda, difícil que las mujeres embarazadas y madres, que no padres, encuentre apoyo en su entorno laboral. Además de la situación actual, tenemos que reconocer que vivimos en una sociedad androcentrista, compuesta por hombres y mujeres pero pensada solo para hombres, y el mundo laboral especialmente, y esto ha sido así siempre, y las mujeres se han tenido que adaptar y ejercer la doble jornada, como trabajadoras fuera de casa y trabajadoras en el hogar -cuidado, limpieza, alimentación-. Bueno, para acabar, mi pregunta es: el mobbing maternal, ¿irá en aumento a partir de ahora (paro, reforma laboral,...)?
ResponderEliminarHola Carmen, ante tu pregunta decirte que desgraciadamente irá aumentando. Parece que ahora hay menos escrúpulos, y se aprovechan del poco trabajo que hay, y claro está, la reforma laboral, en mi opinión, ha empeorado la situación. De hecho, las mujeres denuncian ahora menos por miedo a que las despidan, y aguantan lo indecible.
EliminarSaludos!!!!
Mobbing maternal como paternal, en esta sociedad tampoco aún está bien visto que el padre pueda disfrutar de su baja o reducción de jornada, lo que hace que aún seamos las mujeres la que más sufrimos en este aspecto. Y ya ni que decir cuando estás en búsqueda de empleo.
ResponderEliminarGran entrada, un saludo.
Hola Emi, estoy totalmente de acuerdo contigo y además hasta que no se equiparen los permisos de paternidad y maternidad, no parece que se vaya avanzar en una verdadera corresponsabilidad, y como dices al final las que perdemos somos nosotras. Un abrazo y gracias por tu comentario!!
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