jueves, 25 de septiembre de 2014

Las reformas laborales y medidas “anticrisis” son insensibles a la perspectiva de género




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Ésta es una de las muchas conclusiones a las que ha llegado el Informe Sombra elaborado por la Plataforma Informe Sombra CEDAW España, compuesta por 50 organizaciones no gubernamentales de mujeres, derechos humanos y cooperación internacional de toda España, y refrendado por más 260 organizaciones, donde la sociedad civil tiene la oportunidad de evaluar  la igualdad de género para contrarrestar el análisis oficial gubernamental.

Dicho informe responde al proceso de seguimiento de la Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) suscrito por España en 1984.

Los resultados son contundentes: España suspende en materia de igualdad de género. Pero hay que decirlo fuerte y claro, porque los datos están  ahí, y  sobrepasando  la realidad  más allá de la versión oficial gubernamental, ésto significa que lejos de ir progresando, se retrocede en todos los ámbitos al evaluar la igualdad de género en el Estado español.

Poco a poco, las políticas de género se están desmantelando, por no decir de las rebajas constantes en subvenciones llevando en algunos casos a su supresión y la omisión de los compromisos  internacionales que en esta materia se deben asumir.

¿Cómo han contribuido las reformas laborales a la desigualdad de los derechos económicos de las mujeres?
- Desde sus inicios, las primeras medidas “anticrisis” se proyectan en sectores masculinizados, ya que alrededor del  2/3 de las ayudas del Fondo Estatal de inversión Local, se otorgó a la construcción,  e incidiendo negativamente en las mujeres a pesar de que el paro femenino era superior, así como la congelación del salario mínimo profesional y el aplazamiento de la mejora de las pensiones de viudedad que afecta en un mayor porcentaje a mujeres.

- Si  las mujeres tienen una mayor tasa de desempleo -pasando del 13,04% en 2007 al  27,02% en 2013- y son las protagonistas de la precariedad laboral y temporalidad, con la entrada del RD 3/2012 se le otorga al empresariado la posibilidad de cambiar la jornada de trabajo y flexibilizarla  con mayor facilidad  e incluso en contratos a media jornada , recayendo en el empeoramiento de las condiciones sociolaborales de las mujeres . Si el contrato a tiempo parcial recorta el derecho de jubilación y atendemos al dato de que el 80% de los contratos a jornada parcial lo tienen las mujeres, esta situación las aboca a pensiones no contributivas con una cuantía mucho menor que en los hombres.

- Se eliminan las medidas de acción positiva para la inserción /permanencia de las mujeres. El Gobierno elimina en 2012 las bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social para las autónomas que se reincorporan a la actividad económica por cuenta propia tras su maternidad. Eliminan también las bonificaciones a las madres que se reincorporen al trabajo tras el parto o excedencia por cuidado de hijos en la última Reforma laboral y la protección de nulidad (prohibición) del despido en caso de afectar a mujeres embarazadas o trabajadores con reducción de jornada por guarda legal no se aplica en caso de despidos por causas objetivas, que son las extinciones mayoritarias en la actualidad con la situación de crisis.

- Se debilita la negociación colectiva y los mecanismos específicos de promoción de igualdad de oportunidades incluidos en la ley orgánica de igualdad. Con la reforma laboral los acuerdos de empresa se están imponiendo sobre los convenios colectivos, pudiendo la empresa modificar los planes de igualdad por razones organizativas, siendo previsible que queden  sin efecto.

¿Qué ocurre con el porcentaje de mujeres directivas en España? Pues que también baja del 19,5% de ejecutivas que había en 2008 al 10’3 %  en 2013, por supuesto apuntando que en todas las categorías perciben menos salarios que los hombres, y de esta manera la brecha salarial se consolida y acentúa

El crecimiento del autoempleo femenino del 1’3% es más que cuestionable, ya que según el informe puede tratarse de falsos autónomos.

Como resultado, las medidas “anticrisis” tomadas, acentúan la división sexual del trabajo, dificultan la corresponsabilidad masculina y apartan a las instituciones de sus compromisos.


Fuente consultada
Informe Sombra a través de la Red Nosotras en el Mundo

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