La ciencia ha
demostrado, que la superdotación es un atributo
que se reparte por igual entre hombres y mujeres. Sin embargo, existe
una desatención en el reconocimiento del talento de las niñas superdotadas, que
impide ser reconocidas y aceptar ellas mismas su condición, actuando como verdaderos “burkas
sociales” en ocasiones tan dolorosos como los físicos.
Si en
la etapa escolar de los 6 a los 12 años, se detecta a un mayor porcentaje de
niñas superdotadas, cuando esta detección se realiza en la pubertad y adolescencia
esta proporción cae estrepitosamente.
En esta
etapa, las chicas no perciben esta sobrecualificación como una ventaja, y la esconden para adaptarse a los roles que la sociedad
les impone, y que a su vez se interponen entre las niñas y el desarrollo de sus
capacidades. Esta situación revierte, en que los resultados escolares de estas jóvenes
inteligentes empeoran con la pubertad y
las elecciones de carrera que deben tomar en estos años, se vuelven menos
ambiciosas y más estereotipadamente femeninas, de lo que cabría esperar teniendo
en cuenta los resultados escolares anteriores.
Los
estereotipos sociales relacionados con el género son obstáculos para el
desarrollo del talento de las chicas. “La
falta de modelos femeninos en los campos
científicos y técnicos, la escasa estimulación ante el estudio, el rechazo
hacia las orientaciones científicas de las jóvenes, tensiones entre los
aspectos afectivos y los intereses intelectuales de las niñas, son señalados
como las grandes dificultades de la educación de las niñas y las jóvenes muy
inteligentes”.
No se puede afirmar que las mujeres tengan menor
capacidad para las áreas científicas y técnicas, sino que se ha creado una
cultura donde se alimenta la creencia de que las mujeres tienen menos habilidades
en dichas áreas. Las
teorías biologicistas han intentado explicar estas diferencias a causa de
factores hormonales, genéticos o de lateralización cerebral, y no son
suficientes para llegar a conclusiones determinantes. La
socialización tan diferenciada entre niños y niñas es lo que influiría.
El
ambiente educativo se vuelve esencial para ayudar a identificar y a superar las
barreras para la realización de todo su potencial y se necesitarían programas
específicos que mantengan altas sus expectativas.
Cuando
no se toman las medidas educativas oportunas, podemos encontrarnos con dos
situaciones opuestas, aquellas mujeres que “abandonan” la lucha por su
capacidad y pasan del “aurea mediocritas” o "dorada mediocridad" queriendo ser del
montón y no queriendo ser alguien que sobresalga de lo
común, a las que se cierne sobre ellas
el riesgo psicológico de sufrir el síndrome de la “Abeja Reina”.
Este síndrome
se manifiesta en algunas mujeres, que han superado todos los retos que se le
han impuesto para llegar a lo más alto en sus carreras profesionales, principalmente
en ámbitos dominados por hombres y suelen ser madres de familia, bastantes tradicionales,
que pretenden ser “perfectas” en todo lo que realizan, opuestas a los movimientos feministas.
Atribuyen su éxito profesional a méritos
propios y no a factores externos, teniendo una clara preferencia por rodearse
de hombres a la hora de trabajar. Toda su valía y autoestima está puesta en la
posición que ocupan dentro de sus organizaciones, por eso el miedo a perder lo
que han logrado. Reciben muchas recompensas del sistema, pero éstas provienen
de su solidaridad con los hombres y no con las mujeres.
No permite que otra mujer alcance
lo mismo que ella, tendiendo a menospreciar el trabajo de mujeres que tienen a
su cargo, socavando su autoestima e impidiendo progresar en su posición
profesional. Su antifeminismo es un medio para evitar la competencia. El hecho
de ser la única mujer de éxito que hay a su alrededor puede constituir una gran
satisfacción, aunque en el fondo son mujeres muy inseguras, tristes y temerosas.
Para lograr que las jóvenes
superdotadas oculten sus capacidades y evitar que se conviertan en “abejas
reinas” la respuesta está en la educación y en lograr la igualdad en la
valoración que la sociedad hace de las mujeres.
Por un lado habrá que utilizar
programas educativos no sexistas, para conocerlas y permitirles mostrarse tal y
como son, y detectarlas en edades tempranas, mostrándoles modelos femeninos de
profesiones no estereotipadas y fomentando a su vez su independencia y
autoestima.
Por otro lado, "se necesitará enseñarles
que es imposible ser perfectas en todo lo que hacen, y que puede que no
sean capaces de hacerlo todo bien, no por falta de capacidad, que eso mermaría
su autoestima, sino por falta de tiempo físico, y que si es necesario habrá que
hacer elecciones personales y profesionales”.
Se hace indispensable enfatizar
en la necesidad de que hombres y mujeres compartan las responsabilidades familiares
y del hogar, para que las mujeres puedan alcanzar las mismas oportunidades que
tienen ellos, y las abejas reinas se conviertan en mujeres más felices, menos
estresadas y más solidarias con otras.
“Buscar la causa de las diferencias entre lo sexos respecto a la eminencia
en oscuras diferencias intelectuales y afectivas, no debería hacerse sin
tener en
cuenta que los hombres se han desempeñado y se les ha potenciado en muchos
campos y a las mujeres se les ha dedicado a tareas domésticas a parir y a
criar
hijos,
campos donde la eminencia no es posible “ (Hollingworth,1914)
Fuentes consultadas
-
ELIS, Julie L. y WILLINSKY, John. Niñas, Mujeres y Superdotación. Un
desafio a
la discriminación
educativa de las mujeres
- Mujeres superdotadas y sociedad: Del “burka”
al síndrome de la Abeja Reina. Luis F. Pérez. Universidad de Madrid
Fantastico articulo ! Gracias !
ResponderEliminarSolo hecho en falta que se mencione, que por otro lado el rendimiento academico de las chicas en muchos paises, y areas academicas, es bastante superior al de los chicos y que carreras tradicionalmente masculinas estan siendo copadas por mujeres ( medicina, judicatura,...). A su vez, muchos chicos estan cayendo en roles de masculinidad anticuados, que junto con una mayor permisividad social, les aleja de un buen rendimiento en los estudios que les afectara el resto de sus vidas.
M. Renta
Sin duda F.Renta el tema da para mucho más. No obstante, me he centrado más en los problemas educativos que puede llevar la no detención a tiempo de estas chicas inteligentes, y en sus problemas para que ellas misma se acepten. Desde luego tanto a chicos como a chicas se les debería brindar una educación libre de estereotipos de género.
ResponderEliminarsaludos!