viernes, 12 de septiembre de 2014

Superdotadas: De ocultar su condición al síndrome de la “Abeja Reina”



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La ciencia ha demostrado, que la superdotación es un atributo  que se reparte por igual entre hombres y mujeres. Sin embargo, existe una desatención en el reconocimiento del talento de las niñas superdotadas, que impide ser reconocidas y aceptar ellas mismas su condición, actuando como verdaderos “burkas sociales” en ocasiones tan dolorosos como los físicos.

Si en la etapa escolar de los 6 a los 12 años, se detecta a un mayor porcentaje de niñas superdotadas, cuando esta detección se realiza en la pubertad y adolescencia esta proporción cae estrepitosamente.

En esta etapa, las chicas no perciben esta sobrecualificación como una ventaja, y la  esconden para adaptarse a los roles que la sociedad les impone, y que a su vez se interponen entre las niñas y el desarrollo de sus capacidades. Esta situación revierte, en que los resultados escolares de estas jóvenes inteligentes  empeoran con la pubertad y las elecciones de carrera que deben tomar en estos años, se vuelven menos ambiciosas y más estereotipadamente femeninas, de lo que cabría esperar teniendo en cuenta los resultados escolares anteriores.

Los estereotipos sociales relacionados con el género son obstáculos para el desarrollo del talento de las chicas. “La falta de modelos femeninos en los campos  científicos y técnicos, la escasa estimulación ante el estudio, el rechazo hacia las orientaciones científicas de las jóvenes, tensiones entre los aspectos afectivos y los intereses intelectuales de las niñas, son señalados como las grandes dificultades de la educación de las niñas y las jóvenes muy inteligentes”.

No se puede afirmar que las mujeres tengan menor capacidad para las áreas científicas y técnicas, sino que se ha creado una cultura donde se alimenta la creencia de que las mujeres tienen menos habilidades en dichas  áreas. Las teorías biologicistas han intentado explicar estas diferencias a causa de factores hormonales, genéticos o de lateralización cerebral, y no son suficientes para llegar a conclusiones determinantes.  La socialización tan diferenciada entre niños y niñas es lo que influiría.

El ambiente educativo se vuelve esencial para ayudar a identificar y a superar las barreras para la realización de todo su potencial y se necesitarían programas específicos que mantengan altas sus expectativas.

Cuando no se toman las medidas educativas oportunas, podemos encontrarnos con dos situaciones opuestas, aquellas mujeres que “abandonan” la lucha por su capacidad y pasan del “aurea mediocritas” o "dorada mediocridad" queriendo ser del  montón y no queriendo ser alguien que sobresalga de lo común, a  las que se cierne sobre ellas el riesgo psicológico de sufrir el síndrome de la  “Abeja Reina”. 

Este síndrome se manifiesta en algunas mujeres, que han superado todos los retos que se le han impuesto para llegar a lo más alto en sus carreras profesionales, principalmente en ámbitos dominados por hombres y suelen ser madres de familia, bastantes tradicionales, que pretenden ser “perfectas” en todo lo que realizan,  opuestas a los movimientos feministas.

 Atribuyen su éxito profesional a méritos propios y no a factores externos, teniendo una clara preferencia por rodearse de hombres a la hora de trabajar. Toda su valía y autoestima está puesta en la posición que ocupan dentro de sus organizaciones, por eso el miedo a perder lo que han logrado. Reciben muchas recompensas del sistema, pero éstas provienen de su solidaridad con los hombres y no con las mujeres.

No permite que otra mujer alcance lo mismo que ella, tendiendo a menospreciar el trabajo de mujeres que tienen a su cargo, socavando su autoestima e impidiendo progresar en su posición profesional. Su antifeminismo es un medio para evitar la competencia. El hecho de ser la única mujer de éxito que hay a su alrededor puede constituir una gran satisfacción, aunque en el fondo son mujeres muy inseguras, tristes y temerosas.

Para lograr que las jóvenes superdotadas oculten sus capacidades y evitar que se conviertan en “abejas reinas” la respuesta está en la educación y en lograr la igualdad en la valoración que la sociedad hace de las mujeres. 

 Por un lado habrá que utilizar programas educativos no sexistas, para conocerlas y permitirles mostrarse tal y como son, y detectarlas en edades tempranas, mostrándoles modelos femeninos de profesiones no estereotipadas y fomentando a su vez su independencia y autoestima. 

Por otro lado, "se necesitará enseñarles que es imposible ser perfectas  en todo lo que hacen, y que puede que no sean capaces de hacerlo todo bien, no por falta de capacidad, que eso mermaría su autoestima, sino por falta de tiempo físico, y que si es necesario habrá que hacer elecciones personales y profesionales”.

Se hace indispensable enfatizar en la necesidad de que hombres y mujeres compartan las responsabilidades familiares y del hogar, para que las mujeres puedan alcanzar las mismas oportunidades que tienen ellos, y las abejas reinas se conviertan en mujeres más felices, menos estresadas y más solidarias con otras.

 “Buscar la causa de las diferencias entre lo sexos respecto a la eminencia
en oscuras diferencias intelectuales y afectivas, no debería hacerse sin tener en
cuenta que los hombres se han desempeñado y se les ha potenciado en muchos
campos y a las mujeres se les ha dedicado a tareas domésticas a parir y a criar
hijos, campos donde la eminencia no es posible “ (Hollingworth,1914)


Fuentes consultadas
-          ELIS, Julie L. y WILLINSKY, John. Niñas, Mujeres y Superdotación. Un desafio a la discriminación educativa de las mujeres
-          Mujeres superdotadas y sociedad: Del “burka” al síndrome de la Abeja Reina. Luis F. Pérez. Universidad de Madrid

2 comentarios:

  1. Fantastico articulo ! Gracias !
    Solo hecho en falta que se mencione, que por otro lado el rendimiento academico de las chicas en muchos paises, y areas academicas, es bastante superior al de los chicos y que carreras tradicionalmente masculinas estan siendo copadas por mujeres ( medicina, judicatura,...). A su vez, muchos chicos estan cayendo en roles de masculinidad anticuados, que junto con una mayor permisividad social, les aleja de un buen rendimiento en los estudios que les afectara el resto de sus vidas.
    M. Renta

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  2. Sin duda F.Renta el tema da para mucho más. No obstante, me he centrado más en los problemas educativos que puede llevar la no detención a tiempo de estas chicas inteligentes, y en sus problemas para que ellas misma se acepten. Desde luego tanto a chicos como a chicas se les debería brindar una educación libre de estereotipos de género.
    saludos!

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