viernes, 25 de julio de 2014

Las mujeres no son víctimas pasivas en los conflictos armados

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Paz


Las mujeres en todos los conflictos han participado de una u otra forma en las actividades bélicas, tanto antiguas como contemporáneas, y sin quererlo han sido víctimas. Especialmente en las guerras actuales, que no distinguen entre combatientes y sociedad civil, muchas atrocidades se señalan como daños  colaterales. Un misil que cae en un mercado repleto de mujeres que van con sus hijos, no es una acción de combate, es simplemente un asesinato.

 Históricamente el papel de las mujeres como parte de las fuerzas armadas ha sido ensombrecido debido a que, su participación ”formal” en situaciones bélicas, fue restringida. En casi todas las guerras han participado en las instituciones armadas, aunque sin estar sujetas a la disciplina militar, realizando algunas tareas como ayudantes de los militares, integrantes de los grupos auxiliares o disfrazadas de soldado, como en el caso de la guerra de secesión norteamericana, obviadas en las anotaciones de los cuadernos de campo a pesar de su valentía y coraje.

En el caso de las guerrilleras, las mujeres rompieron los estereotipos de género y fue cuestionada su condición sexual, su fidelidad matrimonial y su honradez .
Claro ejemplo, son las milicianas en la guerra civil española que sufrieron el  desprestigio en muchas ocasiones tanto por la izquierda como por  la derecha, denigrando su contribución y manchando  sus reputaciones sin justificación.

Así se demuestra, que las mujeres se convierten en agentes activos en los conflictos , porque están comprometidas con las metas políticas, religiosas o económicas  y ésto significa que toman y han tomado las armas en la lucha contra todo tipo de desigualdades.

La violencia sexual hacia las mujeres, ha sido utilizada sistemáticamente como arma de guerra. Las violaciones, la explotación sexual y el secuestro de niñas es una aberración constante en todas las guerras. Cuando existe una cultura de violencia y discriminación contra la mujer con anterioridad al conflicto, estos abusos probablemente se agravarán durante el conflicto.

 Pero aunque  ellas sufren las atrocidades de los conflictos bélicos, no son meras víctimas pasivas de la violencia. A pesar de que la cobertura internacional se centra en la mayoría de ocasiones en aspectos militares y geopolíticos, hay todo un activismo civil de mujeres que no sólo rompe con las barreras en su entorno,  sino con las visiones simplistas del exterior que las representan  con roles preconcebidos y estereotipados y nada representativos  de la realidad.

Con frecuencia las mujeres son activas en los procesos de paz antes, durante y después del conflicto. Muchas mujeres conocen la importancia de estos procesos y se unen para realizar actuaciones de paz a nivel popular, orientadas a reconstruir el tejido económico, político, social y cultural de sus sociedades.

En estos momentos, merece más la pena por su importancia destacar la adhesión al pacifismo de muchas mujeres que rechazando la guerra, se unen y luchan por la paz. Las mujeres en Estados Unidos fueron pioneras como activistas en estos movimientos, tanto por número como por sus planteamientos, y en torno al 1815 se encuentran asociaciones pacifistas asociadas a las iglesias protestantes, como The New York Peace Society y The Massachussets Peace Society.

En 1915 un año después del inicio de  la I Guerra Mundial, tras las protestas de un gran número de mujeres por los horrores de la contienda que asolaba Europa, se creó la Liga Internacional de las mujeres por la Paz y la libertad (LIMPAL), en la Haya(Holanda), y que perdura hasta nuestros días,  siendo actualmente la asociación feminista pacifista más antigua del mundo, con sede en Ginebra (Suiza), teniendo representación en 37 países.


En los años noventa, se hacen más visibles diversos movimientos de paz formados por mujeres, gracias a la creación de alianzas y una red de colaboración que a nivel internacional se ha ido  tejiendo, poniéndose sobre la mesa los efectos específicos de las guerras sobre ellas mismas y la población en general, en los conflictos armados. Tras la guerra de Rwanda y los Balcanes, consiguieron ante la reiterada utilización de la violencia sexual como arma de guerra en estos conflictos, que fuera incluída en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, para su persecución y castigo.

Sin duda por la actual situación del conflicto entre Israel y Gaza, y por la importancia a nivel internacional de su labor, cabe señalar la Organización Mujeres de Negro, que nace a partir de acciones de  desobediencia civil,  siendo el primer colectivo social que se manifestó en Israel públicamente contra la política de ocupación, por parte de su Gobierno, de los Territorios Palestinos. Surgió  en 1988 en Jerusalén, cuando ocho mujeres judías vestidas de riguroso luto,  se manifestaron para pedir el fin de la ocupación israelí. En 1989, acompañadas por mujeres palestinas, europeas  y norteameriacanas, hicieron una cadena humana alrededor del muro de Jerusalén para pedir la paz.

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Mujeres de negro

Desde entonces todos los viernes de 12 a 13 horas se reúnen en distintas ciudades para condenar todas las injusticias que padece el pueblo palestino por parte del Estado de Israel, denunciando y exigiendo el fin de la ocupación israelí. 

“Hablar por nosotras mismas. Ningún gobierno, ninguna nación nos representa. Nosotras nos representamos a nosotras mismas. Nuestros gobiernos son enemigos, pero nosotras rechazamos ser enemigas”

Es prácticamente imposible conocer exactamente cuantos grupos de Mujeres de Negro existen en la actualidad. No obstante, esta Red reúne a las mujeres de todos los países de la ex-Yugoslavia, Europa, EE.UU., América Latina, Asia y África.  Entre sus objetivos persiguen la protesta, testimonio y denuncia pública, frente a las violencias que sufren las mujeres en todo el mundo.

Sin embargo, con demasiada frecuencia  a las mujeres involucradas en la reconstrucción de las economía y de la sociedad civil, se les coloca en un segundo plano cuando comienzan los procesos formales de paz. Por esta razón Rosario Green, política y académica mexicana plantea:

“Si las mujeres son víctimas de la guerra, despojadas de sus tierras, aniquiladas, torturadas o violadas, y también son combatientes y hasta soldadas, ¿por qué se las excluye cuando se negocia y construye la paz?”

Twitter @sibelo05

Fuentes consultadas:
-Una historia contemporánea a propósito de las mujeres en la guerra y la paz. Montserrat Huguet

2 comentarios:

  1. Muy buen e interesante articulo que invita a la reflexion y el debate. Aparte de discriminaciones y prejuicios historicos, puede que buena parte de la causa sea el tradicional abandono de muchisimas mujeres del trabajo y del activismo social y politico para centrarse en el cuidado de los hijos. La falta de apoyo en la pareja y la sociedad para poder compaginar actividades igual que el hombre. Tras una desconexion de años es muy dificl retomar la actividad en cualquier campo. C Munoz Renta

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    1. Gracias por tu comentario. En el tema de los cuidados debe haber una auténtica corresponsabilidad entre hombres y mujeres, pero también debería ser un tema primordial en las políticas públicas ya que es un pilar indispensable para el buen funcionamiento de la sociedad, y para que los cuidados no sean sólo responsabilidad de las mujeres, con todo lo que ello conlleva.
      Saludos!

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