Artículo publicado también en eProform
A pesar de que las mujeres son la mitad de la
población, que académicamente están igual o mejor preparadas que los hombres, el desequilibrio entre géneros en los puestos
más altos de las empresas, escenifica una realidad en el mundo corporativo.
Aunque existen numerosos informes y estudios,
donde se exponen los beneficios que pueden obtener las empresas que reconocen y
apoyan el talento de las mujeres en las empresas, no solo económicos sino
también psicosociales, están representadas muy por debajo de los hombres en los
consejos de administración.
Cuanto
mayores son las dimensiones de una empresa o una organización, más difícil
será para una mujer ocupar el cargo de ejecutiva máxima: menos
del 5% de los directivos de las principales empresas del mundo son mujeres.
“El 60% en Europa de las titulaciones en empresariales o económicas
corresponde a mujeres mientras que sólo hay un 30% de mujeres en la dirección
de las empresas”.
Pese
a los progresos que han realizado en la gestión empresarial y al último decenio
de activismo encaminado a romper el
“techo de cristal” que les impide acceder a los cargos más altos, las mujeres
siguen excluidas de la adopción de las principales decisiones económicas.
Foto extraída de La Voz de Galicia |
Los
planes de igualdad son instrumentos en las empresas muy valiosos para conseguir
la igualdad entre las trabajadoras y trabajadores. Las ventajas y beneficios de la puesta en marcha de estos planes,
demuestran que son importantes en salud laboral, descenso de la rotación, del
absentismo y mayor calidad de vida. Pero la realidad, es que muchos de estos
planes de igualdad que por ley están obligados a hacer las empresas de más de 250
trabajadores, en muchas ocasiones se dedican a cubrir el expediente,
simplemente a contar cuantos hombres y mujeres tienen en su plantilla, y no
existiendo un registro estatal para estos planes.
Cambiar la
cultura empresarial masculinizada con la firme convicción de que se lograrán
buenos resultados para el funcionamiento de ella, es fundamental para que la
realización de estos planes de igualdad en las organizaciones empresariales no se
quede en un mero trámite.
Conviene recordar que hay muchas barreras
invisibles con claro efecto discriminatorio hacia las aspiraciones
promocionales de las mujeres, como diversas formas de comunicación y creación
de redes dentro de las empresas, a las que le son muy difícil acceder:
reuniones de trabajo en horarios de tarde o cena de negocios, en eventos
deportivos masculinizados, e incluso cerrar acuerdos en clubes nocturnos.
Dada que
la paridad está todavía lejos de alcanzarse, es ingenuo pensar que por sí sola,
esta situación de desventaja hacia las trabajadoras en el mundo empresarial, se
vaya a corregir.
De ahí, surge la controvertida cuestión de la implantación
de cuotas femeninas en las empresas. El estado pionero fue Noruega que en 2002
y no exento de polémica, se puso hasta el 2008 para conseguir que en las grandes empresas
el 40% del consejo de dirección estuviera ocupado por mujeres. Antes de la fecha límite lo había logrado, y con mejoras en las grandes
empresas tanto en su forma de funcionar como en sus resultados. Alemania ha
seguido ese modelo e implantará una cuota obligatoria del 30% de
mujeres en las cúpulas de las grandes empresas. Si no lo cumplen, esos
puestos quedarán vacantes y las corporaciones se expondrán a sanciones.
La plena
participación de las mujeres en los máximos órganos de dirección empresarial y
de representación política, es un reto importante todavía, porque si las
mujeres no participan en igualdad en los grandes centros de decisión, parece
poco probable que sean ellas las que decidan el destino político y económico de
la sociedad.
Como muestra, lo sucedido
en Grecia con un gobierno formado únicamente por hombres, en sus doce
ministerios. Es una visión arcaica pensar que no existen mujeres lo
suficientemente preparadas, cuando la realidad demuestra totalmente lo
contrario.
Sin mujeres, en los
principales puestos de decisión de las organizaciones de la índole que sea no
hay democracia, no hay justicia social, no se avanza hacia la igualdad.
#NoSinMujeres